Cancún, Quintana Roo
Un diálogo entre la sacralidad de las culturas mexica y
maya, a través de importantes piezas arqueológicas de cerámica, piedra, jade,
obsidiana y hueso —muchas de las cuales se exhiben por primera vez en Quintana
Roo—, se genera entre las exposiciones temporales Una ofrenda a Xochipilli. Entre luces canta y
llega el sol y Sangre para los dioses. El
sacrificio en la visión de los mayas y los mexicas.
Ambas muestras del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), son el resultado de la colaboración entre el Museo Maya de
Cancún, donde podrán visitarse hasta el 26 de noviembre próximo, y el Museo del
Templo Mayor, de la Ciudad de México, de donde proviene una parte importante de
los objetos expuestos.
Durante un acto de apertura simultáneo, el director
general del INAH, Diego Prieto Hernández, destacó la estrecha colaboración
entre investigadores y personal de ambos recintos, producto de la cual se
impulsa un acercamiento “al significado profundo que tenía el sacrificio humano
para dos de los universos culturales con mayor fuerza del México antiguo: el
mexica y el maya”.
En compañía del gobernador de Quintana Roo, Carlos
Joaquín González; de la directora del INAH en esa entidad, Adriana Velázquez
Morlet; el coordinador nacional de Centros INAH, José María Muñoz Bonilla, y la
directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma Bouchan, el antropólogo
aseveró que otro valor de las exposiciones es que contribuirán a superar los
estereotipos que durante siglos, y aun ahora, son erróneamente impuestos a las
culturas mesoamericanas desde la visión occidental del sacrificio ritual.
“Ya en Roma se tenía esta práctica, que no era sino una
medida para realzar el poder de los césares mediante el sacrificio de hasta
cinco mil personas y diez mil animales en apenas una semana de circo romano. En
contraste, los pueblos mesoamericanos veían al sacrificio como una forma de
halagar o apaciguar a los dioses, a través del cual se hacía posible la
continuidad del mundo y del universo”, refirió el director general del INAH.
Adriana Velázquez Morlet explicó que la muestra Sangre para los dioses. El sacrificio en la
visión de los mayas y los mexicas reúne 80 piezas —17 del
Templo Mayor, 43 del Centro INAH Quintana Roo y 20 del acervo del Museo Maya de
Cancún— entre las que sobresalen máscaras, orejeras, collares, incensarios,
braseros, piedras de sacrificio, navajillas, punzones, espinas de mantarraya,
fémures, cráneos humanos y el Entierro 18 de la Zona Arqueológica de San
Miguelito.
Localizado en 2012, en el conjunto norte del área
habitacional del sitio, dicho entierro corresponde a un personaje masculino que
vivió en el periodo Posclásico Tardío (1250-1550 d.C.) y tenía alrededor de 34
años de edad al momento de morir. Su ajuar funerario, integrado por dos punzones
de huesos de ave, una pesa de red, dos mangos de abanico, huesos humanos
tallados, un colmillo de animal y 16 fragmentos de espinas de raya, es el más
vasto y diverso de los más de 50 depósitos mortuorios hallados en la zona
arqueológica.
Dividida en siete módulos temáticos: Muerte, Sacrificio,
Tipos de sacrificio, Autosacrificio, Objetos para el sacrificio, El juego de
pelota y El Entierro 18 de San Miguelito, la exhibición cuenta con un guión
curatorial desarrollado por Adriana Velázquez Morlet, la encargada del despacho
del Museo Maya de Cancún, Ximena Arellano Núñez, y los investigadores Enrique
Terrones González, Antonio Reyes Solís y Allan Ortega Muñoz, adscritos a este
mismo recinto.
Una ofrenda para Xochipilli
Al encabezar el recorrido inicial por la muestra Una ofrenda a Xochipilli. Entre luces canta y
llega el sol, las arqueólogas Patricia Ledesma Bouchan y Judith
Alva Sánchez, curadoras de la misma, señalaron que ésta se compone de 83
objetos hallados en la Ofrenda 78, dedicada a dicha deidad, y descubierta por
investigadores del Proyecto Templo Mayor en 1978.
La característica principal de esta ofrenda, que es sólo
una de las 170 que han sido encontradas en el Templo Mayor, comentó Patricia
Ledesma, radica en las réplicas en miniatura de instrumentos musicales, así
como tres cuchillos de sacrificio de aproximadamente un metro de altura cada
uno.
Estos objetos punzocortantes presentan los atavíos del
dios Macuilxóchitl-Xochipilli en su advocación de numen matutino: una mano de
color impresa alrededor de los labios, la faz pintada de rojo fino, gorro de
plumas finas y cresta de pájaro. En la espalda el personaje porta un abanico
con la bandera solar y remate de quetzal.
Dividida en cuatro subtemas: La ofrenda en el contexto
mesoamericano, La lucha solar, El culto al dios Xochipilli-Macuilxóchitl y La
protección del patrimonio cultural tangible e intangible, constituye además la
primera vez que objetos arqueológicos de la cultura mexica son presentados en
el Museo Maya de Cancún.
Un último punto en torno a las dos exposiciones, señalado
por el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, es que su
instalación en el corazón de la zona turística del estado, se vuelve por sí
misma un atractivo más para la entidad.
Ante invitados como el subsecretario de Innovación y
Desarrollo Turístico de la Secretaría de Turismo de la entidad, Gerardo Corona
González; el presidente municipal de Benito Juárez, Remberto Estrada Barba; el
representante de la Secretaría de la Defensa Nacional, Ricardo Pacheco
Guerrero, y la coordinadora de la Policía Federal en Quintana Roo, Selene Nava
Gutiérrez, el mandatario estatal concluyó que presentar exhibiciones cuyo eje
sea la historia de las antiguas civilizaciones mayas, es una oportunidad
invaluable de reconstruir el tejido social y la identidad de los habitantes de
Cancún y sus poblaciones aledañas.
Cabe destacar que, en el marco de la exposición, la
directora del Museo del Templo Mayor ofrecerá la conferencia Una ofrenda para Xochipilli dueño del rojo
crepúsculo, el domingo 20 de agosto a las 12:00 horas en la sala de
usos múltiples del recinto.
El Museo Maya de Cancún, se ubica en el bulevar Kukulcán,
km. 16.5, Zona Hotelera, Cancún, Quintana Roo. Costo de entrada: 70 pesos, el
acceso es gratuito para menores de 13 años, adultos mayores, estudiantes con
credencial; los domingos la entrada es libre para público nacional. Horario de
visita: 9:00 a 18:00 horas.